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Todo al descubierto (Full Frontal)

Los experimentos en la meca del cine están a la orden del día. Tanto directores consagrados como debutantes tratan de innovar su propuesta, ya sea en la puesta en escena (Dogma 95), un reparto desconocido (Elephant) o una serie de elementos que les aseguran unas críticas diferentes a las ya habituales. Tal es el ejemplo de Steven Soderberg, un cineasta que en apariencia ha caido en la maquinaria hollywoodense, a partir de su inclusión en el mal llamado "cine comercial", con productos de gran factura como Erin Brokovich, Ocean´s eleven, o su trabajo más impersonal como lo fue Traffic.

Tal vez cansado de lidiar con el "star system", o buscando una forma de filmar que no significara una renuncia creativa, Soderberg se lanza con un proyecto un tanto desangelado, pero que sirve para re-localizarlo dentro de sus raíces simplistas: Full frontal. En este experimento planeado (la improvisación que presume es mero artificio para dotar de interés a la crítica), vuelve a compartir días de trabajo con su pseudo-musa, la siempre sonriente Julia Roberts, quien no logra quitarse la carga que significó su Oscar mal otorgado (Ellen Burstyn podrá dar cuenta de ello) aun cuando su personaje es una copia exacta de su propio estatus de "estrella"

En cuanto al resto del equipo vemos caras conocidas como Catherine Keener (la ex reina del cine independiente), David Duchovny (sorprende con ciertas limitaciones en su papel de productor), David Hyde Pierce (nunca podrá dejar atrás su creación en la serie televisiva Frasier), Nicky Katt (un actor que logró escapar de ser "sujeto 1" en los créditos), y la que posiblemente sustenta el mejor papel de la cinta, Mary McCormack, como una masajista de alto nivel.

La película parte de la clásica visión que Hollywood tiene de sus propios actores. Un galería de personajes arquetipo, con problemas y depresiones propias de la industria cinematográfica más influyente en el mundo. Tenemos, por ejemplo, a la "perfecta actriz" (julia roberts), con problemas tan agudos como escoger un regalo de cumpleaños; o al productor de cine (David Duchovny), el personaje más honesto de la historia.

La situación que incomoda de la película no es el hecho de la crítica demasiado repasada en otros filmes (como en The Anniversary Party), sino lo poco que queda de la idea original: crear algo nuevo. El experimento queda compilado en unas cuantas reglas explícitas de Soderberg para con sus actores, sin que ellas tengan un efecto significativo en el desarrollo de la película. La historia se reduce a un día en la vida de actores, escritores, productores y directores hollywoodenses. Ante esta limitada y gastada anécdota, solo se podía esperar que la dirección destacara. En algunos aspectos, resulta interesante su posición de recrear la "realidad" (como el juego de una película dentro de otra), mientras que otros, como la subtrama de Keener y su amante, dejan que pensar sobre hasta que grado Soderberg tenía claro el argumento.

Haciendo honor a la reputación de Steven, su trabajo no puede considerarse un revés en su filmografía, al igual que tampoco debe tomarse como un avance, simplemente una película en donde nuevamente nos sorprende la fotografía (tal vez el aspecto de Soderberg que sigue en progreso)


links: sitio oficial / ficha técnica / imágenes

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